de-Taller de acrobacia aérea en telas en Don Juan
Durante los meses de diciembre, enero y febrero Fabián Ramírez, un voluntario colombiano vivió y trabajó en Don Juan. Entre los muchos saberes que trajo Fabián estaba el de la acrobacia en tela. Por las tardes, en medio del verdor deslumbrante del invierno manabita, Fabián, su novia Jenna y los niños se reunieron bajo la fresca sombra del gran samán que se yergue detrás de la escuela. Colgaron una larga tela roja, hicieron un poco de yoga para preparar el cuerpo y enfocar la mente (esta fue la parte más desafiante para los niños que no logran detenerse nunca!).
Fabián hizo la primera demostración de cómo entorchar la tela alrededor de un pie, mientras que, sujetandose de la ella, izaba todo su cuerpo hacia arriba. El movimiento es fluido y natural en un acróbata, porque se ha entrenado durante años y, efectivamente, es fluido y natural en los niños de Don Juan porque su infancia transcurre entre los árboles, la playa y el mar; sus cuerpos son fuertes y no conocen la rigidez. Anita, una niña muy silenciosa, fue la estrella de la primera sesión, y desde entoces acudió a todas las horas de taller de acrobacia en tela. Es tan chévere ver el instante en que una niña se descubre poseedora de un talento que, hasta entonces nos sabía que existía.